17/11/2024
Mimi Webb Miller, la texana que se enamoró de “El Zorro de Ojinaga”, líder del Cártel de Juárez

Fuente: telam
La relación entre una mujer estadounidense y el líder criminal que controló rutas de tráfico de drogas en la frontera estuvo marcada por el peligro, el poder y el impacto de las operaciones delictivas binacionales en los años 80
>En las décadas de 1970 y 1980, la frontera entre México y Estados Unidos fue escenario de la vida de dos figuras que dejaron una marca duradera en la historia de la región: Pablo Acosta Villarreal, conocido como “El Zorro de Ojinaga”, y Mimi Webb Miller, una texana cuya relación con el narcotraficante se convirtió en el eje de una narrativa que combina amor, peligro y reinvención.
El éxito de Acosta no solo radicaba en su logística, sino en su capacidad para asegurarse la protección de autoridades mexicanas. Policías federales, estatales e incluso miembros del Ejército Mexicano garantizaban el paso seguro de sus cargamentos, creando una red que le permitió operar con impunidad durante años. Esta estructura convirtió a Acosta en un actor clave del narcotráfico y un precursor del modelo que seguirían otros cárteles.
En este mismo escenario fronterizo, Mimi Webb Miller, sobrina del exsenador estadounidense John Tower, se estableció en la década de 1970 tras adquirir un rancho en Chihuahua. Desde allí, ofrecía recorridos turísticos a caballo por los paisajes de la región. Fue en este contexto que conoció a Pablo Acosta en 1976, iniciando una relación personal que duró aproximadamente un año, aunque su conexión con él dejó un impacto duradero.
Tras la muerte de Acosta en 1987, el sheriff Rick Thompson del condado de Presidio advirtió a Webb Miller que su vida podría estar en peligro debido a la información que poseía sobre el cártel. Este episodio marcó un punto de inflexión en su vida, que la llevó a buscar un camino diferente lejos de los riesgos del narcotráfico.
En abril de 1987, una redada conjunta entre la Policía Federal de México y el FBI resultó en la muerte de Acosta en el pueblo de Santa Elena, Chihuahua. La operación incluyó el uso de helicópteros y equipos terrestres que finalmente lograron abatir al narcotraficante. Su muerte no detuvo el flujo de drogas en la región, ya que su lugar fue ocupado inicialmente por Rafael Aguilar Guajardo, quien fue asesinado el 12 de abril de 1993 en un muelle de Cancún, Quintana Roo, mientras se disponía a abordar una lancha en un ataque atribuido a órdenes de “El Señor de los Cielos”. Más tarde llegaría Amado Carrillo Fuentes, quien consolidaría el control del territorio bajo el Cártel de Juárez.Tras los tumultuosos años en Chihuahua, Mimi Webb Miller pudo rehacer su vida en Los Ángeles, donde se convirtió en una exitosa directora de casting. Participó en producciones importantes y encontró una nueva vocación que la alejó del peligro asociado con su pasado. Además, regresó a sus raíces texanas al establecer un hotel en Terlingua, Texas, en donde su amor por la naturaleza y los espacios abiertos encontró una nueva expresión. En 2014 el diario The New York Times publicó un artículo firmado por Rachel Monroe, donde Webb Miller detalló su vínculo con Acosta y las circunstancias que rodearon su relación. En 2020, su historia fue dramatizada en la serie “Narcos: México”, donde fue interpretada por la actriz Sosie Bacon. Aunque agradecida por el interés en su vida, Webb Miller ha señalado las inexactitudes de la serie, como la representación ficticia de un embarazo que nunca ocurrió.
En torno a la figura de Acosta, persisten rumores que sugieren que pudo haber colaborado con el gobierno de los Estados Unidos, proporcionando información sobre movimientos guerrilleros y comunistas en el norte de México durante la Guerra Fría. Aunque nunca se han probado estas afirmaciones, añaden un matiz intrigante a su ya compleja historia.
Fuente: telam