Tigre jugó un correcto primer tiempo, donde generó muchas chances, pero se apagó en el segundo tiempo y nunca supo doblegar a Godoy Cruz. Fue empate 1-1 con goles de Hernán López Muñoz y Mateo Retegui de penal.

Martínez hizo cuatro cambios con respecto al partido en la Sudamericana para darle descanso a algunos jugadores: ingresaron Ortega, Leizza, Cardozo y Armoa y salieron Aguilera, Montoya (expulsado), Prediger y Menossi.

Sin que hubiese existido emoción alguna, Godoy Cruz se encontró con la ventaja a los cinco minutos. Mal calculo de Luciatti en un salto y definición de López Muñoz que le pasó entre las piernas a Marinelli. Tigre se vio obligado a salir a buscarlo y respondió rápido con un tiro desviado de Colidio y un bombazo de Ortega que se estrelló en el travesaño. Se plantó en campo rival con muchos desbordes por derecha buscando el empate.

Con transiciones rápidas y un Ortega punzante por el carril derecho, el Matador se adueñó del trámite y fue metiendo cada vez más en su arco a Godoy Cruz, que no volvió a inquietar y perdía casi todos los balones divididos. A los 27', llegó el merecido empate. Centro llovido de Castro, remate de Retegui y Galdames la sacó con la mano en la línea. Penal, expulsión y gol de Mateo, el octavo en lo que va del torneo para el goleador.

El Matador manejó la pelota, dominó los tiempos y amenazó durante un largo rato a Godoy Cruz. Armoa tuvo un mano a mano claro que merecía ser el 2-1 pero definió sin fuerza y el Ruso Rodríguez la despejó. Aunque en los últimos cinco, el local se reconectó con el partido, agarró mal parado a Tigre en dos ocasiones y generó el enojo de Martínez con los suyos por pases mal dados. 1-1 al vestuario.

Mismo semblante para el segundo tiempo: Tigre con dominio territorial pero sin poder acertar en los últimos metros y sin sacarle jugo a la pelota parada (tuvo más de 10 corners). A los 10', Zabala y Badaloni a la cancha por Castro, de muy poca participación, y Molinas, impreciso. 4 delanteros en cancha para buscar como sea la ventaja.

Le faltaba aceleración y más volumen de juego en la mitad de cancha al conjunto de Victoria, sumado al flojísimo nivel de Armoa, y por eso ingresaron Sebastián Medina por Colidio y también Martín Garay en el lateral izquierdo por Blondel. Godoy Cruz, salvo algún pelotazo curzado, le costaba horrores cada ataque y el partido se jugaba en su campo.

Los cambios entraron bien y le aportaron frescura a un equipo algo cansado, pero iban 30 minutos y el Matador todavía no había podido generar una chance concreta de gol, salvo un derechazo de Badaloni q se fue rozando el palo. Merodeaba el aire, tocaba, se asociaba pero no encontraba el último pase. Más allá de la falta de claridad, Tigre mostró un cambio de actitud con respecto a San Pablo, sobre todo en Martínez (más enérgico y muy metido para dar indicaciones y reclamar cada polémica).

El Matador se desdibujó en los últimos minutos, Godoy Cruz se aferró el empate y concedió menos espacios. Demasiados centros al bulto y nulas chances de gol claras. Un empate 1-1 que poco le sirve a Tigre, tanto para la tabla de posiciones (apenas arañó los 12 puntos) y para los hinchas, que siguen disconformes con el presente del equipo. En la próxima fecha, el elenco de Martínez recibirá a Sarmiento este jueves a las 21.30.